«La situación externa está presionando nuestros botones, pero nosotros somos los dueños de los botones»
Biksuni Thubten Chödrön
Esta maravillosamente ilustrativa frase de Ven. Thubten Chödrön —en el contexto de la reflexión sobre las desventajas del enojo y los beneficios de la paciencia— nos convoca a considerar que la causa principal de nuestra irritación está en nuestra mente.
En la Filosofía Budista estudiamos sobre la causa y efecto kármico, aprendiendo acerca de las diferentes causas que resultan en determinados efectos; entre ellas, la causa substancial o principal y la condición cooperativa.
En el caso de una situación externa que «presiona nuestros botones» o «toca nuestras fibras sensibles», estamos hablando de una condición cooperativa —es decir, que colabora con que surja la aflicción en nuestra mente—, mientras que la semilla del enojo en nuestra mente es la causa principal.
Poder detectar cuáles son aquellos temas y situaciones por los cuales nos enojamos fácilmente, es un ejercicio muy útil para tomar conciencia y trabajar sobre ellos, reduciendo paulatinamente la tendencia a reaccionar de forma aflictiva cuando se nos presentan. Así, al tomar responsabilidad por esos «botones emocionales» que nos pertenecen, dejamos de culpar al otro por nuestra exasperación.
Como un acto de honestidad conjunta, les comparto parte de mi lista personal de «𝘔𝘪𝘴 𝘧𝘪𝘣𝘳𝘢𝘴 𝘴𝘦𝘯𝘴𝘪𝘣𝘭𝘦𝘴/𝘣𝘰𝘵𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘦𝘮𝘰𝘤𝘪𝘰𝘯𝘢𝘭𝘦𝘴»:
✨ Me molestan las expresiones corporales que considero (por condicionamiento cultural y familiar) malos modales.
✨ Me indignan ciertas situaciones vinculares o sociales que percibo como injustas.
✨ Me cuesta tolerar la mugre.
✨ Pierdo la paciencia cuando los monos destrozan mis macetas y plantas.
✨ Me alteran las bocinas innecesarias, los gritos y cuando alguien habla sin interrupción ni escucha del otro.
Y la lista sigue…
Ustedes, ¿qué botones emocionales pueden identificar? ¿Encuentran beneficio en reconocerlos?
Un abrazo amoroso desde Dharamsala 🤍