«Donde hay amor, cesa el pensamiento de enojo.
Donde hay paz, cesa la malicia.
Donde hay beneficio, cesa el engaño.
Y donde hay consuelo, no hay más intimidación»
Buda Maitreya, Māhayānasūtrālaṃkāra; Ornamento de los sutras del Mahayana
Donde hay amor, cesa el pensamiento de enojo.
Donde hay amor, cesa el pensamiento de enojo.
Donde hay amor, cesa el pensamiento de enojo…
Sí, y no por motivos esotéricos. Sino porque la naturaleza y función de estos dos factores mentales son antagónicas.
El amor es el deseo de que los seres sintientes tengan la felicidad y sus causas, y conduce a la felicidad. El enojo tiene como deseo el dañar a su objeto, luego de haber superpuesto sobre él cualidades negativas, y su función es la de crear sufrimiento.
El amor es una mente alineada con la realidad, ya que todos los seres sintientes desean la felicidad (aunque la busquemos de forma errática, aunque no sepamos cómo crearla, aunque en ese ansia nos dañemos a nosotros mismos y a los demás por causa de nuestra ignorancia).
«Donde hay amor, cesa el pensamiento de enojo.»
Que quede reverberando como un mantra, como un recordatorio para la práctica, como un bálsamo.
Que el poder del amor aplaque las llamas que incineran al mundo, empezando por las que llevamos cada uno dentro de nuestra mente-corazón.
Un abrazo amoroso allí adonde estés, desde Dharamsala 🤍