«Transcurro entre fantasmas que amenazan con devorar mi entusiasmo,
mi pasión por desentenderme de lo ilusorio,
mi alegría por compartir la poesía,
por avanzar hacia el vislumbre del altruismo,
figuras en apariencia siniestra que intentan ennegrecer mi sediento, aniñado corazón.
Siluetas en la penumbra que intimidan
con socavar mi esperanza,
amargar mi gusto vivo por el arte,
enturbiar mi humanidad,
percudir mi facultad de razón.
Me atemorizo y encojo bajo sábanas invisibles de susto,
me someto a la voluntad de lo aflictivo;
por períodos me embriago de desconfianza,
de llanto, desvelo, desolación.
mi pasión por desentenderme de lo ilusorio,
mi alegría por compartir la poesía,
por avanzar hacia el vislumbre del altruismo,
figuras en apariencia siniestra que intentan ennegrecer mi sediento, aniñado corazón.
Siluetas en la penumbra que intimidan
con socavar mi esperanza,
amargar mi gusto vivo por el arte,
enturbiar mi humanidad,
percudir mi facultad de razón.
Me atemorizo y encojo bajo sábanas invisibles de susto,
me someto a la voluntad de lo aflictivo;
por períodos me embriago de desconfianza,
de llanto, desvelo, desolación.
Mas descubro en algunos trises de risa liberada
que las sombras son sin poder ni sustancia
por su propio y solo lado,
carecen de identidad definida,
se quiebran y reaniman dependiendo de mi nivel de atención.En fin,
yo misma me esclavizo y liberto del terror
y todo drama,
yo misma soy autora de la tragedia, del romántico disparo,
el sosiego desapasionado,
artesana del silencio, la osadía, la oración.»