Menú Cerrar
Cultivando la paciencia

Sobre la autora

Melisa Biondi Vázquez (Tenzin Phurdrön), nacida en Buenos Aires, Argentina, es Psicóloga Clínica con Posgrado en Psicología Transpersonal. Reside en India desde 2015, donde se dedica al estudio de la Psicología y la Filosofía Budistas en la Tradición Tibetana.
LEER MÁS

Fecha de publicación:

Compartir en:

WhatsApp
Facebook
LinkedIn
Email

«Hija, para destruir todas las aflicciones debes desarrollar una mente que sea difícil de vencer» Buda.

La paciencia es una virtud muchas veces incomprendida. Y puesto que en mi vida he comprobado en repetidas oportunidades su valor y la necesidad de cultivarla (así como las desventajas de no hacerlo), quisiera comenzar a compartirles acerca del tema. Lo haré desde mi entendimiento actual a nivel teórico por mis estudios, y desde mi propia experiencia, deseando les sea útil de algún modo para sus caminos.

Esta cita preciosa —que es de amplia inspiración para mí— hace referencia al significado de la paciencia en la Psicología Budista. La paciencia en la Ciencia Budista de la Mente se define como «una mente imperturbable que puede tolerar el daño infligido por otros, por el sufrimiento y las dificultades que se encuentran al practicar el Dharma». Puesto que para poder mantenerse imperturbable, es decir, en calma, ante una situación desafiante, uno precisa de fuerza interior, personalmente considero útiles la traducción del término tibetano བཟོད་པ་ (zö pa) como «fortaleza» (𝘧𝘰𝘳𝘵𝘪𝘵𝘶𝘥𝘦 en inglés). También la consideración de la paciencia como «auto-control» o «auto-dominio», que son algunas de las traducciones posibles para el término *forbearance* del inglés. Este es, a mi entender, un punto crucial en la comprensión de la práctica de la paciencia, ya que uno no está ni reprimiendo ni expresando rabia de forma impulsiva: uno es capaz de mantenerse en calma frente al desafío y decide no reaccionar al agravio o a la adversidad con enojo o ira.

Entre los dos extremos de la represión y la expresión automática, se encuentra nuestra capacidad de auto-control, la cual puede ser entrenada (como toda habilidad mental o física). Mi maestro Venerable Lobsang Chögyal Rinpoche nos aconseja a menudo comenzar con períodos breves de tiempo: «Por cinco minutos practicaré la paciencia», «Por cinco minutos me abstendré de enojarme», y poco a poco, a medida que se incrementa nuestra capacidad, extender la duración de los lapsos.

El primer paso en el proceso de desarrollo de la paciencia es reconocer cuánto daño hace —a nosotros mismos y a los demás— la tendencia a responder a los desafíos de la vida (internos y externos) con agitación, desde una mente alterada y enrabiada. Un buen ejercicio introspectivo es hacer una lista sobre todas las desventajas de esta tendencia emocional en nuestra propia experiencia. De esta forma, utilizamos nuestra inteligencia humana para sobreponernos a nuestro sufrimiento, y como lo proclamaba Buda, un día llegaremos a ser nuestro propio protector y maestro.

Cuando menciono que nuestra capacidad de auto-control puede ser entrenada, comprendo también la dificultad con la que todos lidiamos al tratar de encontrar ese punto medio entre ambos extremos.

Por eso es fundante en esta materia no desalentarse cuando uno no logra su propósito inicial: a cada momento contamos con una nueva oportunidad. Alentarnos a nosotros mismos sostenidos en esta conciencia de la realidad de la impermanencia de la mente y las circunstancias, es muy beneficioso. Asimismo, necesitamos regocijarnos, es decir, alegrarnos, cuando sí alcanzamos lo que nos habíamos propuesto.

Kalé kalé (despacito, despacito) la tortuga perseverante y fuerte llega a su meta. ¿Y qué objetivo es más prometedor que una mente feliz y en paz?
Como decía el ermita tibetano Milarepa:

«Al principio nada viene; en el medio nada permanece; al final nada se va».

¿Contemplamos juntos?

Espero esta reflexión les haya sido de beneficio de algún modo.
Un abrazo a cada uno desde Dharamsala 🤍

Melu Biondi Vázquez (Tenzin Phurdrön)

#MaitriBalena #psicologíayespiritualidad #psicologíabudista #budismo #psicoterapia #paciencia

Higiene Emocional

El tercer pensamiento inconmensurable: El gozo

Puesto que siempre hay alguien siendo feliz, siempre es posible deleitarnos por su dicha, y así, crear la nuestra. El tercero de los cuatro inconmensurables es el gozo o regocijo (sánscr. 𝘮𝘶𝘥𝘪𝘵𝘢; Tib. དགའ་བ་ ga wa). La raíz de 𝘮𝘶𝘥𝘪𝘵𝘢 en el idioma Pali significa «estar complacido, tener una sensación

Leer más »
Higiene Emocional

Cambiar de deseo para ser feliz

Por Ven. Lobsang Choegyal Rinpoche«(…) La mente infeliz proviene de no saber cómo pensar. ¿Qué significa no saber pensar? Como las cosas no suceden como uno quiere, uno se vuelve infeliz. Pero en realidad, si uno se siente infeliz cuando las cosas no salen como uno quería, la forma de

Leer más »
Higiene Emocional

La mente crítica: un espejo roto

La mente que ve defectos en los demás es como un espejo roto. Eso nos enseña mi maestro Lobsang Choegyal Rinpoche. Si un espejo, afectado por la marca de la imperfección, acoge fisuras en su reflejo, revelará en su imagen la misma fractura y ocultará su totalidad. Así, poner el

Leer más »
El camino hecho poesía

Transcurro entre fantasmas

«Transcurro entre fantasmas que amenazan con devorar mi entusiasmo, mi pasión por desentenderme de lo ilusorio, mi alegría por compartir la poesía, por avanzar hacia el vislumbre del altruismo, figuras en apariencia siniestra que intentan ennegrecer mi sediento, aniñado corazón. Siluetas en la penumbra que intimidan con socavar mi esperanza,

Leer más »
El camino hecho poesía

Paraíso inexplorado

«Del otro lado de la orilla pervive: El paraíso inexplorado de una mente calma frente al infortunio; de ausencia de venganza después de ser herido; el logro de una bondad primorosamente cultivada —con el ánimo contento, con el ánimo abatido—. Sostengo la visión de una conciencia curada tras haber sido

Leer más »
El camino hecho poesía

Donde hay amor

«Donde hay amor, cesa el pensamiento de enojo. Donde hay paz, cesa la malicia. Donde hay beneficio, cesa el engaño. Y donde hay consuelo, no hay más intimidación» Buda Maitreya, Māhayānasūtrālaṃkāra; Ornamento de los sutras del Mahayana Donde hay amor, cesa el pensamiento de enojo. Donde hay amor, cesa el

Leer más »

EXPLORA

RECURSOS GRATUITOS