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Despacito

Sobre la autora

Melisa Biondi Vázquez (Tenzin Phurdrön), nacida en Buenos Aires, Argentina, es Psicóloga Clínica con Posgrado en Psicología Transpersonal. Reside en India desde 2015, donde se dedica al estudio de la Psicología y la Filosofía Budistas en la Tradición Tibetana.
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Una expresión reconocida dentro de la cultura tibetana es ག་ལེར་ག་ལེར་ (kalé, kalé), que literalmente significa “despacio, despacio”. Es incontable la cantidad de veces que escuché a mi maestro Venerable Lobsang Choegyal Rinpoche enunciar estas palabras al aconsejarnos sobre nuestra práctica.

Qué importante recordar que transformar la mente, sobreponernos a nuestros desafíos, cultivar estados mentales beneficiosos precisa de habituación. Y que la habituación requiere de tiempo. Así como desde las Neurociencias aprendemos que nuestro cerebro posee la habilidad de la neuroplasticidad —proceso que permite el cambio de los circuitos neuronales, su regeneración y creación de circuitos nuevos—, desde la Psicología y Filosofía Budista conocemos que nuestra mente es momentánea, es decir, que cambia momento a momento, y que se modifica en una dirección u otra con la habituación (la repetición de una cierta forma de pensar o actuar). Esta noción de la realidad de nuestro sistema nervioso (estructura física) y nuestra mente inmaterial, debiera imbuirnos de esperanza realista y confianza: no importa cuánto demore el proceso, a través de la familiarización con nuevas maneras de pensar sobre nosotros mismos y el mundo, es posible alcanzar el bienestar deseado.

Somos capaces de entrenar nuestra habilidad para enfrentar los problemas con coraje y de desarrollar amor y compasión por todos los seres sintientes. Podemos sobreponernos a las emociones desafiantes y mejorar nuestro comportamiento por nuestro beneficio y el de todos. Y he aquí entonces el inevitable retorno a mi postulado inicial: esto conlleva y conllevará tiempo. De manera que es necesario ser pacientes y gentiles con nosotros mismos y los demás en el proceso, y sostener, como aconsejan mis maestros, una visión a largo plazo. De este modo, nuestras expectativas no serán irreales y no nos desalentaremos en el proceso. No es casualidad que el símbolo del entusiasmo o esfuerzo gozoso en la cultura tibetana sea el de la tortuga.

Que “Kalé, kalé” y con alegría realicemos nuestro potencial. Un abrazo amoroso desde Dharamsala 🤍

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